La asociación EuskarAbentura lleva 3 años incidiendo en los hábitos lingüísticos de los jóvenes en su tiempo de ocio. Las estrategias y dinámicas utilizadas para reforzar el uso del euskera se perfeccionan y mejoran cada año, del mismo modo que los resultados obtenidos: según la medición llevada a cabo durante la expedición del 2019, el 83% de las conversaciones observadas fueron en euskera.

DOSIER LINGUISTICO DE EUSKARABENTURA ESPEDIZIOA 2019↓

En lugar de la expedición anual, este año la asociación EuskarAbentura ha organizado EuskarAbentura 2.0, un concurso de retos que busca seguir promoviendo la presencia del euskera en el ocio joven. Los resultados que la asociación ha logrado durante su actividad son altamente prometedores y, mediante esta propuesta, quieren seguir incidiendo en los hábitos lingüísticos de los y las más jóvenes.

Una estrategia como punto de partida; en colaboración con instituciones y agentes sociales

Desde la primera expedición la asociación diseñó un plan estratégico para incidir en los hábitos lingüísticos de los jzioquitarras (participantes), plan que han ido perfeccionando y completando con la experiencia adquirida año tras año. Para ello, y para poder medir la efectividad de las medidas tomadas, han contado con la colaboración del Departamento de Política Lingüística del Gobierno Vasco, del Clúster de Sociolingüística, de Iñaki Eizmendi (EBETE) y de la asociación GEU. La asociación espera poder mantener estas colaboraciones para mejorar la calidad y el impacto lingüístico tanto de la edición especial de este año como de las futuras expediciones.

Para empezar, el mismo diseño de la expedición se fundamenta en promover el euskera entre los jóvenes. Para ello, el grupo expedicionario está siempre formado por jóvenes con perfiles linguisticos muy diversos hasta el punto que, en algunas ocasiones, el único idioma que tienen en común es el euskera (en el caso de Hego Euskal Herria, Ipar Euskal Herria y la diáspora). Además, los participantes ya han mostrado una actitud proactiva respecto al uso del euskera antes incluso de comenzar la expedición: saben que el euskera forma parte de la base del proyecto y, para enviar su candidatura de participación, han realizado un proyecto en euskera sin tener ninguna seguridad de que fueran a entrar en el grupo.  Igualmente, antes de empezar todos firman un compromiso afirmando que hablarán en euskera durante la expedición.

Si bien estas condiciones son un buen punto de partida, no garantizan que durante todo el mes los jóvenes hablen euskera. Por ello el grupo de trabajo es una pieza clave, no tanto por la experiencia previa que puedan tener, sino por su actitud y por la formación previa, ofrecida por la asociación antes de la expedición. Todas las personas que han formado parte del equipo de expedición, tanto trabajadores como voluntarios, han recibido una formación para garantizar el uso del euskera entre los jóvenes, impartida por GEU Elkartea en 2018 y por Iñaki Eizmendi de EBETE en 2019. La asociación EuskarAbentura tiene claro que es imprescindible contar con un equipo de trabajo sólido en cuanto a la actitud lingüística, mantener un discurso y una actitud compartidas, así como disponer de herramientas comunes para comprender y dar respuesta a cada casuística.

Para ello, a la Comisión de Euskera de la asociación que lleva todo el año trabajando desde el objetivo lingüístico, se le une la Comisión de Euskera de la Expedición. Es responsabilidad de esta última analizar, valorar y, en su caso, proponer pequeñas intervenciones (juegos, dinámicas, debates etc.) para reactivar el euskera durante la expedición.

Evaluación del impacto de la expedición 2019

En la primera edición de EuskarAbentura (2018) se realizaron los primeros intentos de medir el impacto de la expedición en el uso del euskera de los participantes (ver aquí).

En la expedición de 2019 el trabajo se centró en mejorar la estrategia de incidencia sobre los hábitos lingüísticos y su evaluación y, por primera vez se realizó un sencillo estudio etnográfico. Este trabajo determinó que, en lo que se refiere a la relación entre los participantes con el euskera se distinguen dos perfiles: por un lado, los jóvenes procedentes de las zonas más euskaldunes y que sienten que el euskera forma parte de ellos; y por otro, los que provienen de zonas menos euskaldunes, que viven el euskera de forma consciente y no tan natural. Para los que tienen el primer perfil, el hecho de que la expedición sea 100% en euskera no es clave en su motivación para participar, al contrario que en muchos de los y las participantes que encajan en el segundo perfil. Por el contrario, para aquellos jóvenes que vienen de zonas en las que el euskera está más presente conocer a otros cuya realidad social cotidiana es muy diferente resulta muy enriquecedor. Muchos se sorprender al ver que hay gente que tiene dificultades para vivir en euskera.

Una colaboración con el Cluster de Sociolingüística ha permitido a la asociación realizar durante la expedición una medición del uso de diferentes lenguas en la expedición. Los resultados muestran que el uso del euskera se disminuía ligeramente cuando los jóvenes de las zonas más euskaldunes sólo estaban entre ellos (del 93% al 86% de las conversaciones) al igual que en el caso de los jóvenes de las zonas menos euskaldunes (del 78% al 64%). De este modo, se puede afirmar que la mezcla de jóvenes de diferentes zonas sociolingüísticas es relevante a la hora de reforzar el uso del euskera. Esta heterogeneidad aflora otros fenómenos, como el prestigio de los euskalkis entre aquellos que únicamente hablan euskara batua. Sin embargo, tal y como se ha indicado anteriormente, el contacto entre distintas realidades sociolingüísticas ha dado mejores resultados de lo esperado. Muchos de los jóvenes afirman que la diversidad de perfiles entre los participantes ayuda a aceptar la situación de cada uno y a olvidar los complejos: “sé que dependiendo del origen el euskera es muy diferente (…) cuando hablo euskera yo utilizo más palabras en castellano, pero (…) lo más importante es hablar euskera”, señaló una participante. 

Continuando con el trabajo iniciado en 2018, la asociación analizó la motivación y los hábitos lingüísticos y de consumo de los y las participantes antes y después de la expedición mediante cuestionarios. El objetivo de EuskarAbentura es influir en el proceso de empoderamiento de los jóvenes en el uso del euskera a medio y largo plazo. El resultado de las encuestas muestra que el uso del euskera de los jzioquitarras aumenta a medida que avanza la expedición, incluso hasta seis meses después (excepto en el caso de los jóvenes navarros). Los jóvenes señalan tener la percepción de mejorar su competencia en euskara. En cuanto al consumo en euskera, se ha incrementado en todos los territorios históricos, especialmente entre los jóvenes de Iparralde, y sobre todo en contenidos y redes sociales en Internet.

Para finalizar, los jóvenes consideran que solamente el sistema educativo no garantiza el proceso de euskaldunización e insisten en la importancia de la transmisión horizontal: que los jóvenes hablen en euskera en la calle y entre sus amigos. Al mismo tiempo, identifican una falta de lenguaje juvenil y de vocabulario contemporáneo y fresco, así como de los referentes euskaldunes: “muchos de ellos pasan al castellano en cuanto se hacen más conocidos”. Finalmente, consideran comunicar en el entorno y hacer pública la determinación de vivir en euskera ayuda a conseguir este objetivo.

EuskarAbentura Elkartea quiere seguir colaborando con los agentes que trabajan en la promoción del euskera, aprendiendo y mejorando año tras año, poniendo su granito de arena en esta tarea colectiva. Por ello, ha publicado un informe que recoge de forma más completa las conclusiones extraídas de la expedición del año pasado.